Te echo mucho de menos.

Me siento profundamente triste, hay pocas sonrisas, y las que hay, y si te digo la verdad ninguna es la misma desde que tú no estás.
Pero bueno, supongo que es de ley... Aunque ya nada vuelva a ser como antes, lo sabes tanto tú como yo, solo quiero que sepas una cosa: Te echo MUCHO de menos, mirar las estrellas me hace muchísimo daño, porque me recuerdan a ti y al tiempo que hace que no las vemos juntos, es más, promete que no olvidaras esto: Tú nunca estarás sólo, aunque no puedas verme, yo siempre estaré ahí para ti. Y no, jamás pienses que me voy a olvidar de ti, porque el día que lo haga estaré muerta, porque hasta los siete minutos que tarda el celebro en morir, serán invertidos en ti.
Y tampoco me acostumbro a tenerme que imaginar que me dirías cada vez que estoy mal, para levantar cabeza, pocos abrazos podrán alcanzar los tuyos y ningún sabio igualar tus palabras, en fin, echo de menos todo eso, todo eso que ahora no tengo y hace que los días no tengan el mismo color que antes. Pero supongo que tendré que sacar fuerzas de donde no las tengo, aunque ciertamente cada noche me pregunto sí será verdad que te has olvidado de mi, porque yo no, hasta mi almohada de echa de menos, abrazo y lo hago sin sentido, porque ninguno será como los de mi hermano.
En fin, podría seguir y lo sabes, pero no quiero, ni debo. Aún espero la respuesta de porque lo bueno se acaba antes de lo previsto y recuerdo como mi mundo se cayó cuando te fuiste y desde entonces no se ha vuelto a reponer, solo evito que me aplaste para no morir de dolor, y solo se eleva cuando estás aquí, pero casi nunca estás, y eso me va consumiendo poco a poco, ya ni escribirme tu nombre en la muñeca cada mañana me sirve para seguir sonriendo, porque entonces recuerdo que tengo que hacerlo, mientras no debería, y la verdad que me encantaría tenerte a mi lado, pero ya no se puede, el tiempo corre demasiado rápido y me va matando lentamente, voy muriendo poco a poco, cada parte de mi corazón se va quedando inservible, y sí, aun me sigo culpando por no haberte podido detener, hacer algo para que te quedaras aquí, porque ahora no sé que hacer, me siento profundamente sola, sigo pidiendo cada noche al cielo entre sollozos que todo sea una pesadilla, y que vas a volver pronto a casa, pero eso jamás será así, el pasado está perdido y debo aceptarlo, aunque acabe completamente con mi auto estima, con mi afán de supervivencia. Yo tenía un camino a seguir, pero en el momento en que tu cruzaste esa puerta en dirección a tu propia vida en la que ciertamente te has olvidado de incluirme, ese camino se borró, sopló con fuerza el viento y la tierra que lo constituía se esfumó, y ahora solo pertenece al viento, el cual lo transportará y añadirá a los caminos de otra persona mas afortunada que yo.
Recuerdo de pequeña llorar a grito limpio ante la simple idea de tu partir, prefería hacerme a la idea de que tu nunca me abandonarías, y ahora que es realidad, que mire a donde mire tu no estás ahí para ayudarme cuando lo necesito, te juro que me duele, me duele muchísimo, y pocas no son las horas que me he pasado llorando, pero en silencio, para que la gente no supiera que estaba fatal, y que me faltaba una parte de mi, pero lo peor es que quiero recuperar esa parte de mi vida, que eres tú y es completamente imposible, no volverás por mucho que yo te necesite, por muy mal que yo esté, como estoy ahora, por muy roto y quemado que tenga el corazón, tu no estarás aquí para animarme y ayudarme a reconstruirlo, ciertamente, tampoco estarás para decirme: "Animo xaxina, que yo sé que tu puedes hacerlo" Estabas ahí para recordármelo, pero ahora que no estás cada una de esas letras se va borrando de mi interior, y me encantaría volver a tener la oportunidad de escucharlas.
Pero no puedo.
Te quiero, eso no lo dudes nunca, ni un sólo minuto de tu vida.

Gracias por leer, no olvides dejar tu comentario, opinar sobre esta entrada.
Un besito, Babi.