¿Y ahora qué?

Para qué mentir, volvería atrás, volvería sin pensarlo, sin dudarlo ni un sólo segundo, intentaría retener cada momento al máximo, disfrutaría de lo que no disfruté en su momento y echaría de mi vida a personas que hoy sé que no debieron entrar, y no dejaría marchar a personas que hoy no están a mi lado.

Hoy tu reflejo ya no está detrás de mí, y odio esta puta soledad que se ha apoderado de mí desde el momento en el que te vi cruzar la puerta, me sentí tan estúpida al no poder hacer nada que olvidé cómo era eso de bailar; Perdí mi mayor confidente, nadie me escucha como lo hacías tú, así que me limito a escribir y contemplar como todo se consume entre las llamas, mientras sé que nada volverá a ser como antes, por mucho que a mí me duela.

¿Y ahora qué? Ahora puedo estar rodeada de gente, de mucha gente, algunas de ellas sinceras, pero otras, la gran mayoría, no tanto, pero miento si digo que no me siento sola, nada me asombra, ya no me asombra que quién menos me lo esperaba me fallara, tampoco que sea incapaz de acostumbrarme a algo con lo que llevo viviendo toda mi vida.

Tal vez es sólo lo que toca, lo que hay que pasar, pero eso no quiere decir que sea fácil, disimulo, siempre disimulo, tanto que muy pocas personas detectan mi malestar, y menos aún son capaces de descubrir qué me ocurre;Tomé una decisión complicada, y estuve a punto de no hacerlo, de simplemente dejar todo de lado, pero no lo hice, porque imaginaba que podría con ello, pero no imaginé nunca que fuese a ser tan complicado, que la balanza costase tanto de equilibrar.

Ojalá pudiera volver a todo aquel tiempo en el que nada importaba, en el que todo era perfecto, ojalá pudiera ir a ese rincón del mundo donde están las cosas que el destino me ha quitado, donde están los momentos que no he vivido y que tampoco voy a vivir, ojalá pudiera ir a aquella dimensión del tiempo en el que éste no existe, a donde sea que esté todo lo que he perdido para siempre.