Hoy estoy aquí para mencionaros, es año nuevo, la gente acumula propósitos que luego olvida y no suele cumplir, y es cierto que yo en más de una ocasión lo he hecho, quizá por desgana, o por cualquier otra cosa, sin embargo para mí el año nuevo sirve para otra cosa, para pensar, para cerrar los ojos y reflexionar.
Han sido años mejores, pero también peores, han pasado cosas buenas y otras no tanto, pero hay algo que siempre ha estado ahí, vosotros, los pilares de mi vida, lo que siempre he necesitado, cuando he llorado, cuando he reído y cuando he vivido, todos esos momentos no tienen precio, y jamás lo tendrán; Porque es por ella que me dio la vida sin pensarlo dos veces, es por el rubio que más voy a querer en toda mi existencia, también por ese hombre que le echó el valor que no está escrito, y como no, por el único hombre que ha conseguido hacerme bailar, y puede que incluso sea por mí, que no soy nada sin ellos; Son algunos instantes en los que te das cuenta que muchas cosas cambian, quizá demasiadas, pero otras, por suerte, siguen ahí, y eso se agradece muchísimo, porque acabas por darte cuenta de lo que cambia todo cuando hay alguien en el mundo que te quiere, es como encontrar una cosa fresca en el desierto, es la chispa de la vida, es algo que no puede hacerte más feliz; Que puede estallar todo, irse todo al traste, porque, ¿Qué importaría? Nada, absolutamente nada, porque sabes que cuando ellos están lo tienes todo, pero todo sin más.
Porque a fin de cuentas no es algo relacionado con el parentesco, para nada. Un hogar no es una casa, una familia no es sangre:
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