Solía escribir sobre infinidad de temas, a todas horas, de todas las maneras posibles, supongo que siempre lo he considerado una bonita manera de expresarse y una gran vía de escape, las letras te escuchan cuando nadie más quiere hacerlo, jamás he dejado de escribir, porque jamás he dejado de sentir.
Aún recuerdo cuando escribí mis primeras líneas, jamás pensé que las palabras se convertirían en fieles compañeras.
No mencionaré la fuerza que no tengo, el amor me falta o la felicidad que me escasea, no, no es así; Durante años escuché resignada lo que creía una gran mentira creada por el mundo para simplemente vivir de la ilusión, que tengo a la persona que siempre busqué, que lo encontré, o me encontró, que nos encontramos, y ya he dejado de buscar explicaciones a todo esto que sentimos.
Que cada día que pasa estoy más cerca de mi sueño, de mi mayor anhelo, que por supuesto que me cuesta, estoy pagando el precio con sangre, sudor y lágrimas, pero lo estoy consiguiendo, y eso es lo que me importa, porque al fin y al cabo lo único que le queda al ser humano es la capacidad de soñar.
Ellos siempre han sido el motivo de mi sonrisa, mientras ellos estén conmigo podré ser feliz, porque ellos me enseñaron el verdadero valor de las cosas, me enseñaron que cuando quieres a alguien, te importa más su vida que la tuya propia; Porque ellos son los pilares de mi existencia, porque sin ellos no sería nada de lo que soy.
"Después de la tormenta llega la calma" Y qué razón tenían, no, claro que no lo tengo todo, pero tampoco lo quiero, si todo lo que tengo en estos momentos fuese a quedarse de manera perpetua, todo sería perfecto, pero no voy a pararme a pensar en que puedo perder algo, prefiero disfrutarlo hoy y todo el tiempo que el destino me permita.
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