Llevo toda vida mi aguantando esto, escuchando las mismas palabras, viendo la misma imagen en el espejo y derramando las mismas lágrimas, cada noche.
Yo solo quería crecer, para que todo esto cambiara, para que la gente cruel desapareciera de mi camino, era la única esperanza que tenía, lo único que me quedaba, la confianza que tenía en el tiempo.
Un día, otro, y otro más con el mismo contexto, las mismas escenas, con personas diferentes, pero protagonizada por la misma niña que hubiese hecho todo lo posible con tal de cambiarlo, lo que fuese. Nunca quise ser la reina, solo un habitante más, como todo el mundo, solo ser como todos, pero con esencia, mi verdadera esencia.
Aún lo recuerdo como si fuera ayer, ellas jugando con las casitas de muñecas, ellos con los cromos, y yo, en un rincón, pensando que algún día, todo cambiaría, solo me gustaba pensar: No te preocupes, algún día todo acabará y serás común, serás del montón, tan del montón que nadie será capaz de reconocer tu diferencia.
Se me caía el mundo encima, trataba de sujetarlo, con mucha menos edad de la que te puedas imaginar, superé cosas en las que ahora pienso y me dan escalofríos, a nadie, a nadie se lo deseo, ni a mi peor enemigo, ni tan solo un poquito, pero sin embargo, sin merecerlo si quiera, me toco todo, de lleno y en todo el centro.
Pobre de mi, que ingenua, que estúpida, que dulce, que tonta por esperar algo del mundo.
Fueron pasando los años, uno detrás de otro, trescientos sesenta y cinco días, una y otra vez, y siempre la misma frase: Algún día... Porque hay que ser muy valiente para poder pasar de lo que diga la gente, para eludir el mal, para que no te hundan, sí, hay que serlo, hay que echarle mucho valor, y sigo sin saber de donde lo saco, supongo que del mismo sitio de donde sacaba las lágrimas, de dentro de mi.
Cada día, ahí, con mi cargamento de valor respaldado por unos pocos que me querían de verdad, que luego pasaron a ser relleno de la vida, sí, de ese que te enseña que no todo es lo que parece, y que una persona te falla más que una escopeta de feria, y el resto, lo que quedó, fue lo de verdad, la gente que me quiere de veras, que vienen a ser más pocos que muchos, pero consiguen llenar las cosas cuando se vacían, esas cosas que yo tengo por ahí, por dentro. No es fácil estar a mi lado, ni lo va a ser jamás, tengo una carga a mis espaldas que me perseguirá toda la vida, que no podré quitármela por más que lo desee; He tardado mucho tiempo en descubrirlo, que no, que nada va a cambiar, que van a seguir siendo iguales, igual de descorazonados, y no, para nada les va a importar el daño que puedan hacerme, supongo que nadie sabe lo que me duele, no, nunca se sabe, solo tú puedes saber lo que sufres, porque esconderse y sonreír es fácil, demasiado fácil, la tarea se complica cuando tú misma tienes que aprender a que esa curva no se borre, cuando te tienes que acostumbrar a la cruda realidad, esa que el tiempo no va a borrar.
Y aunque no te lo creas, no es fácil, de hecho cada primavera es más complicada, porque empiezas a pensar que todo es en vano, que todo es mentira, todo una pura y dolorosa mentira.
Siento ganas de esconderlo, de esconder todo lo que nadie va a valorar, sólo me gustaría meterme debajo de mis sueños, para que ellos me protegieran y que nadie más pudiera verme nunca, y mucho menos hacerme daño, aislamiento, esa es la palabra; no entenderé nunca esto, la superficialidad, la crueldad, y la estupidez del mundo, entre millones de personas, me tuvo que tocar a mi, me tuvo que tocar la rana, la china, o la mala suerte.
No, no me crié en el mundo de la piruleta donde los sueños se regalan y los vendedores ambulantes dejan sonrisas de calle en calle, no, no existe el mundo donde la gente que te quiere no te abandona; Me crié como pude, o como pudieron criarme, y durante ese proceso aprendí muchas cosas, entre ellas a sonreír, que valiente no se nace, se hace a base de sangre, solo aprendes a reír cuando tienes la cara inundada, solo aprendes a decir sí puedo cuando ya te has cansado del no, te sientes orgullosa de ti misma cuando te das cuenta de que si no lo haces tú, no lo hará nadie, pero sobre todo, aprendes a vivir sola cuando después de haber buscado apoyo, no lo has encontrado, nadie ha sido capaz de dártelo.
- Antes, quería crecer, ahora solo quiero retroceder.-
1 comentario:
babi ,sabes que yo te apoyaré siempre pase lo que pase por que creo en tí y lo sabes creo en ti y se uqe ocnseguiras lo uqe te propongas si lo deseas de verdad por que eres una de las personas mas fuerza y valor que he tenido el palcer de ocnocer , y tambíen sabes que te quiero de verdad aún que ha veces no lo demuestre. I lo de aislarte dentro de tí misma no te voy a dejar , ya me lo dijiste cuando estaba jodido, hora te lo digo yo , y si por un casual te aislas , espero que me dejes la llave debajo de una piedra en el portal. Leyendo esto se me ha ocurrido algo , nacemos llorando por lo tanto tenemos que aprender a reir
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