24 de septiembre de 2011

Prefiero no pensarlo.

La duda sobre mi valentía ofende, defiendo con espada de sangre y escudo del ayer todo lo tengo, por poco de sea, algo me queda por ahí, o al menos es eso lo que prefiero pensar, pensaron que abandoné, y sin embargo no lo hice, solo me aparté del camino para no morir en él, dado que la carga de imágenes sobre mi memoria no es fácil de llevar. Nadie me espera al final del camino, siempre al final las fuerzas fallan, aunque hasta ahora no cesaron las ganas, ahora algo falta en mi interior, son los restos de esos besos quizás esos que nunca fueron regalados, recuerdos de vacaciones que no compré y postales que no recibí.
El camino cambia junto con el alrededor y las personas, y toca crecer junto a él, y pese a todo sigo siendo fuerte, quizás las gotas de lluvia me hablen de ello, de los cambios en esta cosa que llamamos mundo.
Me guío con las pautas del ayer, las palabras de mis sucesos, y los valores que se esconden detrás de cada cicatriz, quizás mañana sea peor y baje el volumen de el último grito de mi vida, creo que puse demasiada fe en la magia, los sueños, y demás cosas que nuestros padres esconden debajo de nuestras almohadas cuando somos pequeños.
Si pienso en ciertos lugares me entra la nostalgia, aunque es extraño, porque no tengo ningún punto de referencia, pero quizás la raíz de esa sensación sea eso, echar de menos algo que nunca he tenido, pero quizás algún día tenga, si algo he aprendido es que en esta vida nada está escrito.
Este es el poder de verlo y no creerlo, o quizás el escudo de no querer creerlo, no digo que no pueda, solo que hay heridas que duelen, e impiden seguir con la misma facilidad que siempre, las que no se ven son las que no cicatrizan, y mi cuerpo está marcado de muchas de esas, pero están todas tan juntas y comprimidas que es difícil, muy difícil distinguir un trozo de mi blanca piel que no esté ya marcada.
El viento me invita a viajar a un lugar donde ya no pueda verte, y donde ya no puedas hacerme daño, tengo mucho mas por dentro de lo que se ve, como todos, pero yo no lo llamo lado oscuro, sino experiencias que no quiero recordar.
Sé que la gente juzgará sobre aquel número plantado sobre una tarta de chocolate que desaparece en un suspiro, pero no me importa, de hecho ya no confío en nadie, está visto que no puedo hacerlo, porque hasta las personas en las que más confías pueden fallarte de buenas a primeras, sin miramiento alguno pueden hacerte mucho daño y seguir durmiendo por las noches. La trampa de la apariencia de unos ojos llenos de vitalidad y completamente vacíos de lágrimas es un simple truco, no sirve para nada, no siempre las personas que sonríen lo hacen desde el corazón, sonríen pero luego duermen llorando sin apoyo alguno en este mundo. No me sirven las palabras que no desvelan los secretos del corazón, pero sin embargo si valoro los silencios que dicen las cosas que las palabras no pueden, así de sencillo.
Negaré las palabras a la conciencia, haré lo que yo quiera hacer, no lo que los demás quieran que haga, le pregunto a aquella estrella ya muerta que yace sobre mi ventana lo que debo hacer, y me siento en el borde de aquella calle, a los lados los gritos de alegría de los niños y espero a ver si contestan, pero no lo hacen, continúo esperando una respuesta.
Sabía que te irías, pero opté por no pensarlo, por no hacerme daño a mi misma, tu sonrisa y tu cariño se esfumaron, nadie sabe de lo que hablo, prefiero no recordar cosas que me hagan mas heridas, prefiero no pensar en aquella foto inexistente, será que soy tonta, y sigo pensando en cosas que no merecen una sola de mis lágrimas, pero sin embargo las reciben.
Después de toda la sangre demarrada sobre mi, sigo sonriendo, quiero levantarme, encontrar la salida, sé que existe aunque no la encuentre.
Ya no me asombra sentirme sola entre todo este murmullo de gente, hace mucho tiempo que descubrí que ni la sombra está siempre con nosotros, cuando el sol se va, la sombra le sigue como un relámpago en un cielo lleno de nubes.

1 comentario:

Soñadora Compulsiva98 dijo...

Simplemente precioso de verás se me han saltado las lágrimas y todo. Yo también pienso así muchas veces y me he sentido identificada con el texto. Es la reflexión más bonita dura esperanzadora y profunda que he leído nunca te lo juro. Ojalá yo escribiese la mitad de bien de lo que lo haces tú. Y no sé que más decir porque lo que siento ahora mismo no lo puedo expresar con palabras. Solamente decirte que escribes genial, como poca gente lo hace. Con sentimiento, eligiendo las palabras adecuadas en el momento adecuado y que espero que nunca dejes de hacerlo.
Un beso :) (L)